Los que aseguran que es imposible no deberían interrumpir a los que estamos intentándolo.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Dos demostraciones geométricas del teorema de Pitágoras

Dos demostraciones geométricas del teorema de Pitágoras: "

Este artículo es una colaboración enviada por Juanjo a gaussianos (arroba) gmail (punto) com. Si estás interesado en colaborar no dudes en enviar tu propuesta.


Introducción


Existen demostraciones del Teorema de Pitágoras bastante elaboradas desde el punto de vista matemático, siguiendo un razonamiento puramente abstracto y fundamentado en las leyes de la lógica. También podemos encontrar demostraciones de este resultado a partir de otros, como la que apareció en este blog utilizando la fórmula de Herón. Y, cómo no, es fácil encontrar demostraciones puramente geométricas (también vimos una de este estilo en Gaussianos). En este artículo vamos a ver dos de ellas.


Demostración mediante teselaciones del plano


Una teselación del plano es un forma de colocar figuras en una superficie plana de tal forma que dichas figuras no se superpongan y ademas no queden huecos sin cubrir.


Para esta demostración realizamos una teselación del plano con cuadrados de dos tamaños distintos como se puede ver en la Figura 1:


Figura 1: Teselación del plano con cuadrados de dos tamaños

Figura 1: Teselación del plano con cuadrados de dos tamaños


Si marcamos ahora los centros de los cuadrados mayores y los unimos tendremos un conjunto nuevo de cuadrados de un tamaño algo mayor que los otros de tal forma que estos cuadrados constituyen otra teselación del plano. Podemos verlo en la siguiente imagen:


Figura 2: Los centros de los (por ejemplo) cuadrados mayores forman los vértices de un retículo de cuadrados aún mayores, inclinados en un determinado ángulo.

Figura 2: Los centros de los (por ejemplo) cuadrados mayores forman los vértices de un retículo de cuadrados aún mayores, inclinados en un determinado ángulo.


De hecho ocurre lo mismo se elegimos cualquier otro punto de los cuadrados mayores o de los menores.


Si se eligen las esquinas de los cuadrados, la estructura de cuadrados inclinados es exactamente la misma que la anterior, sólo que desplazada mediante una traslación con respecto a los cuadrados de la Figura 1. La siguiente figura nos aclara este punto:


Figura 3: El retículo de cuadrados inclinados puede desplazarse por una traslación, de modo que los vértices del retículo inclinado están sobre los vértices del retículo de dos cuadrados del original, lo que muestra que el lado de un cuadrado inclinado es la hipotenusa de un triángulo rectángulo (sombreado) cuyos otros dos lados son los de los dos cuadrados originales.

Figura 3: El retículo de cuadrados inclinados puede desplazarse por una traslación, de modo que los vértices del retículo inclinado están sobre los vértices del retículo de dos cuadrados del original, lo que muestra que el lado de un cuadrado inclinado es la hipotenusa de un triángulo rectángulo (sombreado) cuyos otros dos lados son los de los dos cuadrados originales.


Además tenemos que el área del cuadrado inclinado es la suma de las áreas de los dos cuadrados más pequeños (los de la teselación inicial). La razón es muy sencilla:


El nuevo cuadrado (el inclinado) queda dividido en 5 piezas por las líneas interiores. Si las separamos podemos formar el cuadrado pequeño de la teselación inicial con dos de ellas y el grande con las otras tres.


Figura 4

Figura 4

Para cualquier punto de partida de los cuadrados inclinados las piezas en que el cuadrado mayor queda subdividido por las líneas interiores (esto es, por las líneas que forma los cuadrados de la teselación inicial) pueden ser desplazadas sin rotación hasta que encajen para formar los dos cuadrados más pequeños, como puede verse en la figura de la derecha.


Volviendo a nuestro caso (Figura 3), hemos dicho que el área del cuadrado inclinado es igual a la suma de las áreas de los cuadrados iniciales. Llamemos a al lado del cuadrado menor inicial, b al lado del cuadrado mayor inicial y c al lado del cuadrado inclinado. Entonces sus áreas son, respectivamente, a^2, b^2 y c^2. Y en consecuencia tenemos que a^2+b^2=c^2.


Fijémonos ahora en el triángulo sombreado de la Figura 3. Su hipotenusa es el lado del cuadrado inclinado, es decir, c. Y sus catetos son a y b. Además, por la colocación de los cuadrados iniciales, el triángulo es rectángulo. Por lo comentado antes sobre la relación de las áreas de los tres cuadrados ya tenemos demostrado el teorema de Pitágoras:


a^2+b^2=c^2


Demostración mediante figuras semejantes


Tomamos un triángulo rectángulo y lo dividimos en dos triángulos trazando la altura del mismo desde el vértice del ángulo recto (es decir, perpendicular desde el vértice del ángulo recto hasta el lado opuesto). Es sencillo ver que los tres triángulos son semejantes entre sí (informalmente hablando, porque los tres tienen la misma forma pero diferentes tamaños). Vamos a ver la explicación que da Penrose en su libro sobre la deducción del teorema de Pitágoras a partir de dicha estructura:


Una propiedad general de las figuras planas semejantes es que sus áreas son proporcionales a los cuadrados de sus correspondientes dimensiones lineales. Para cada triángulo podemos considerar que esta dimensión lineal es el lado más largo, es decir, su hipotenusa. Notemos que la hipotenusa de cada uno de los triángulos más pequeños coincide con uno de los lados (no hipotenusa) del triángulo original. Así pues, se sigue al mismo tiempo (del hecho de que el área del triángulo original es la suma de las áreas de los otros dos) que el cuadrado de la hipotenusa del triángulo original es realmente la suma de los cuadrados de los otros dos lados: ¡el teorema de Pitágoras!


Figura 5: Los tres triángulos rectángulos de la figura (el mayor y los dos más pequeños) son semejantes.

Figura 5: Los tres triángulos rectángulos de la figura (el mayor y los dos más pequeños) son semejantes.

Vamos a explicar un poco todo esto. Consideremos la figura anteriormente mencionada nombrando los lados del triángulo original como se puede ver en la Figura 5.


Llamemos A al área del triángulo original y A_1, A_2 a las áreas correspondientes a los triángulos 1 y 2. Por tanto, A=A_1+A_2.


Como dichos triángulos (los pequeños) son semejantes, tenemos que las proporciones entre el área de cada uno de ellos y el cuadrado de su hipotenusa son iguales, esto es:


\cfrac{A_1}{b^2}=\cfrac{A_2}{a^2}


Pero por las propiedades de las fracciones, si tenemos dos fracciones iguales entonces cada una de ellas es igual a la fracción cuyo numerador es la suma de los numeradores y cuyo denominador es la suma de los denominadores, esto es:


\cfrac{A_1}{b^2}=\cfrac{A_2}{a^2}=\cfrac{A_1+A_2}{b^2+a^2}=\cfrac{A}{a^2+b^2}


La última igualdad es cierta debido a que la suma de las áreas de los dos triángulos más pequeños es el área del triángulo mayor.


Por otro lado, el triángulo inicial y el triángulo 1 también son semejantes, por lo que cumplen una relación parecida, es decir:


\cfrac{A}{c^2}=\cfrac{A_1}{b^2}


Y uniendo la información proporcionada por las dos igualdades anteriores obtenemos lo siguiente:


\cfrac{A}{a^2+b^2}=\cfrac{A}{c^2}


Por tanto a^2+b^2=c^2, esto es, hemos demostrado el teorema de Pitágoras.




Fuente:



  • El camino a la realidad, de Roger Penrose.


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